Fuente: ElMundo.es
Se titula 'Goya' pero no es una biografía en viñetas ni un recorrido en versión cómic por la obra del artista. Diego Olmos, ilustrador de 'Batman en Barcelona' y colaborador durante años del gigante DC, se ha querido meter en la piel del pintor para jugar a imaginar sus angustias y acompañarle en el descenso a los infiernos que pudo llevarle a pintar sus famosas 'pinturas negras', hoy colgadas en el Museo del Prado.
La tribu de lo siniestro, lo putrefacto y lo grotesco de esos 14 lienzos que fueron pintados hace unos 200 años en lo que pasó a conocerse La Quinta del Sordo se incrustó en la mente de este historietista barcelonés cuando visitó hace años la pinacoteca madrileña. Tiempo después conoció sus grabados. "Y fue ahí, cuando vi a Goya en blanco y negro, que quizás es estéticamente más cercano al cómic, cuando sentí que me apetecía hacer un cómic con esta iconografía de brujas, demonios y animales antropomórficos", explica el también autor de 'H2Octopus'.
La clave para plantearse el libro fue pensar qué se le pasó a Goya por la cabeza para pintar lienzos como 'Saturno devorando a un hijo'. Y el resultado es una novela efectivamente oscura. "El género de terror encaja perfectamente en el mundo de Goya", comenta este artista, que estudió a fondo los grabados del pintor ante la realización del libro. "Desde el principio de mi carrera me ha influenciado también el expresionismo alemán artístico y cinematográfico. Y mis cómics favoritos son de autores de los 70, con un concepto muy distinto del actual, que peca demasiado de querer ser cinematográfico", agrega.
El autor mantiene la ambigüedad sobre la historia a lo largo de toda la trama: "En ningún momento tienes claro si sueña, imagina o es real, o si son visiones. Para potenciar este uso de recursos recuerdo continuamente el tema de la sordera, de su aislamiento, y la especulación de que podía tomar estramonio para aliviar sus dolores".
Se sabe, enumera Olmos, que vivió en la Quinta del Sordo con Leocadia, "que se especula que fue su amante" y con la hija de ésta, que supuestamente también era suya. "Se dice también que buscaba aislarse de los problemas políticos de la época. Pero hay un gran vacío en la vida de Goya", agrega este autor, que se ha tomado un respiro en el vertiginoso ritmo de trabajo de encargos para DC, tras varios años de colaboraciones. "Tenía mono de hacer algo que me motivara más emocionalmente que económicamente", dice.
El cómic sugiere los terrores de Goya pero incide también en la soledad. "En parte puedo entender mucho de lo que sentía. Los dibujantes también llevamos una vida muy solitaria, aburrida. Aunque parezca muy artística, no lo es. Son muchas horas solo, contigo mismo, ante el desafío continuo de conseguir plasmar en papel lo que tienes en la cabeza. Ese aislamiento, esa sensación, no es algo fácil", apunta el historietista. De ahí su propuesta sobre Goya: "Creo que acabó conectando más con sus demonios internos que con la vida que le rodeaba".
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