El Saló del Còmic regresa. Y no viene solo. Desde hoy y hasta
el domingo al pabellón número ocho de la Fira de Barcelona, en plaza Espanya,
se va a inundar de todo tipo de robots, y no van a estar tan sólo en las
viñetas: también los va a haber de chips y metal, que lo mismo van a dibujar
ellos mismos a otros robots que servir agua o abrir la puerta a quien se lo
pida. Los robots, su historia en el cine y en las viñetas de los cómics, desde
los autómatas a Terminator, desde Frankenstein a Maginzer Z, desde los robots
de Metrópolis a los de La guerra de las galaxias o los de la reciente Eva de
Kike Maíllo, serán sin duda los grandes protagonistas de este Saló. Pero desde
luego, no serán los únicos: China, país invitado, hará un pequeño desembarco,
incluidos autores como Benjamin. Y, para festejar la trigésima edición del
certamen, habrá numerosas exposiciones, desde una dedicada al recientemente
desaparecido Moebius a otras dos que celebran
respectivamente los 50 años del arácnido favorito de los tebeos, Spiderman, y
de la revista Cavall Fort. Otra muestra repasará cómo será el nuevo universo de
DC Comics poniendo el acento en la contribución de los artistas españoles al
relanzamiento de su línea de superhéroes. Para que nada falte, habrá además un
aluvión de autores, desde Milo Manara a David Lloyd, Gilbert Shelton, Gô Nagai,
Baru, Enrico Marini, Greg Rucka, Joost Swarte, Rags Morales, Ulli Lust, Scott
Snyder o la joven Aude Picault.
Autores que firmarán y hablarán de sus últimos trabajos y de
su carrera, y que rivalizarán por la atención del público con el gran
despliegue robótico que vivirá el Saló, un despliegue comisariado por el
profesor de la Universitat Politècnica Jordi Ojeda, un ingeniero industrial que
es el creador de la muestra Robots en su tinta y que ha logrado programar una
larga lista de actividades con un objetivo muy claro: cree que a través del
arte, de los tebeos, de las películas, se puede divulgar mejor la ciencia y la
tecnología, hacer más interesante la formación académica e incluso despertar
vocaciones científicas.
Ojeda explica que la muestra, que lleva por subtítulo De la
ficción a la realidad, comienza por los autómatas de siglos pasados y que
recuerda la obra de Mary Shelley Frankenstein, "la primera novela de
ciencia-ficción donde se da la creación de un ser vivo autónomo, donde el
científico tiene la osadía de convertirse en Dios y crear vida, y luego esa
criatura se rebela contra él". Una rebelión que se repetiría a partir de
entonces y para la que Asimov, recuerda, crearía las tres leyes de la robótica
en 1942, la primera de las cuáles establece que "un robot no puede hacer
daño a un ser humano o permitir que un ser humano sufra daño".
La muestra recogerá los diez libros más importantes de la
robótica y por supuesto hará un recorrido por el cómic clásico y las películas,
con especial atención a La guerra de las galaxias, que celebra este mes el 35
aniversario de su estreno. Para ella habrá, con la colaboración de la
asociación Star Wars
Barcelona, diversas actividades y una sección especial dentro de la
macromuestra Robots en su tinta titulada Droides de las galaxias, todo un
homenaje a los robots que salen en la saga y que incluye un modelo R2-D2 que
estará activo durante el Saló. Por haber, habrá en el encuentro incluso dos
actores de la trilogía fílmica clásica: Julian Glover y Paul Blake. También
habrá en la muestra un espacio para los robots en el manga y el anime, desde
Doraemon a Astroboy o Mazinger Z, que será uno de los protagonistas
indiscutible del Saló: su autor el japonés Gô Nagai, estará presente, y Norma
editorial lanzará sus historias en tres volúmenes.
Pero de ahí, recuerda Ojeda, de la ficción, pasarán a la
realidad de los robots en el propio Saló: habrá talleres sobre construcción de
robots y de introducción a la robótica -que para Ojeda tendrá un gran papel en
el ocio del futuro-, se celebrará el XV Concurso internacional de robots que
organiza la asociación de estudiantes AESS de la UPC, habrá presentaciones
sobre el futuro de la robótica asistencial o la quirúrgica, habrá robots de
servicio como el REEM, con el que se podrá interaccionar y solicitarle cosas,
se mostrarán prototipos del Instituto de Robótica e Informática Industrial de
la UPC como la pareja formada por Tibi y Dabo, con sensores adecuados para
guiarse por la ciudad y funciones de guía, transporte, asistencia y
vigilancia...
Un cúmulo de información y entretenimiento alrededor de un
mundo que, dice Ojeda, causa muchas sensaciones contradictorias: fascinación y
a la vez extrañeza, familiaridad y misterio, ternura y terror, "porque no
sabes cómo se comportará". unas sensaciones que, dice, ya explicó bien
Freud en su definición de lo siniestro y a las que luego los autores de ficción
"han dado más intensidad". Intensidad y, también, el signo de los
tiempos: en los actuales, en los que la tecnología avanza tan velozmente,
explica Ojeda, y en los que "podremos ver cambios en poco tiempo, que
tendrán implicaciones socioeconómicas y para la calidad de vida", se pone
el acento desde la ficción especialmente en "la robótica social",
como en Inteligencia artificial o en Eva, subraya.
Los robots formarán parte también de las actividades
paralelas del certamen: habrá un cosplay de robots, esto es, los participantes
se deberán hacer un disfraz de robot y mostrar su arte cibernético en el
escenario. También habrá cosplay de superhéroes y no faltará siquiera una tanda
de conciertos: actuarán Avalanch, Lax'n Busto, Los Coronas o Teràpia de shock.
también habrá talleres de cómic a cargo de la Escuela de Cómic Joso, que además
tendrá una de las muchas muestras del Saló.
Un salón que tendrá otro polo de interés en la delegación
china que lo visita, una delegación compuesta por representantes
gubernamentales, empresarios del mundo del cómic -el salón espera poder
exportar la producción autóctona a un gigante que se ha mostrado receptivo con
el cómic occidental- y, por supuesto, artistas: desde el creador y teórico Chen
Weidong hasta Zhang Bin -que trabaja bajo el nombre de Benjamin y que ha
publicado en España obras como One day, Remember y Orange, las tres en Glénat,
o Sky doll lachrima Christi, en Norma editorial-, pasando por la guionista e
ilustradora Lotulist o Andy Cheng.
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