lunes, 12 de diciembre de 2011

CRÍTICA / El gato con botas: cómo desperdiciar una buena animación en un guión tan mejorable como intrincado

Fuente: FC
El gato con botas tiene bajo nuestro punto de vista una cosa muy buena y otra muy mala, lo que la convierte en la típica película entretenida para ver con tu sobrino un sábado por la tarde que no tengas nada mejor que hacer.

Comenzamos por lo positivo: la animación. Dreamworks está mejorando la animación de sus ultimas películas hasta tal punto que, de seguir así, al menos nosotros dejaremos de considerarlo el estudio que "quiere pero no puede" ser como el maestro Pixar. La expresividad de todos los personajes pero especialmente del impertinente pero entrañable huevito Humpty resulta bastante impresionante. La caracterización es sencillamente inmejorable, esquemática pero repleta de elocuencia. Y los actores que ponen voz a los protagonistas en la versión original de la película -Antonio Banderas en el papel de un seductor gato con botas que nos recuerda demasiado al Zorro y Salma Hayek como una femme fatale en la piel de una gatita de suaves pezuñas- no hacen sino subrayar el carisma de estos personajes tan dispares.

Sin embargo, esta película pincha en el ritmo de los primeros 20 minutos -cuesta engancharse a ella- pero sobretodo en el desarrollo de la trama, que se vuelve pegajosa y densa por momentos y acaba siendo poco verosímil (incluso para un niño, único publico al que parece ir dirigida). Errores éstos que dejan en evidencia un guión lamentablemente flojo, un popurrí burdo de tres de los cuentos populares que a todos nos han contado en la cama cuando aun no contábamos con dos dígitos de edad:  Juanito y las habichuelas mágicas, La oca de los huevos de oro y El gato con botas que le da titulo. La fórmula que con Shrek parecía funcionar a la perfección haciendo cuadrar todos los elementos de los cuentos que versionaba como si de encaje de bolillos se tratara, en este spin-off del ogro verde resulta extraña, forzada, artificial y al final uno tiene la sensación de estar viendo una versión animada del Zorro que pasa por diversas aventuras a lo largo de una hora y veinte sin apenas un hilo conductor en la historia que le aporte coherencia.


Lo mejor. Algunos guiños al género western, al mejor Tarantino y a la serie 24, únicos alicientes para que los adultos que vean esta película no se olviden de que son eso, adultos.

Lo peor. La escena final y los créditos, que podrían haber sido graciosos, se ven empañados por el tema musical "Americano", metido con calzador sabrá el Dios del marketing por qué en esta película, de la omnipresente Lady Gaga.


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