lunes, 23 de enero de 2012

El cómic español no se arruga ante Francia

Fuente: Público.es
Página del cómic Arrugas
En una misma semana las salas de cine de este país estrenarán la versión animada de una novela gráfica, que tiene el alzhéimer como protagonista, y el gran evento mundial del cómic estará dedicado a la industria española. Que los dos acontecimientos coincidan en el tiempo es una casualidad; que haya sucedido, no. Hay que remontarse casi cinco años atrás para entender por qué la inversión da frutos. La creación del Premio Nacional del Cómic en 2007 logró el reconocimiento social y prestigio internacional de una industria abocada a conformarse con sus fieles seguidores, pero nadie más.
Hablar de inversión hoy es sacrilegio para unos y blasfemia para otros, pero hay que buscar en el apoyo público a la cultura el origen de la llegada de Arrugas (Astiberri) a la gran pantalla y que el Festival de Angulema (Francia) se fijase en este país para potenciar a sus creadores y a sus empresas en el principal mercado internacional, el francobelga. El próximo miércoles (y hasta el domingo) llegará una nutrida representación de dibujantes a la cita histórica, para inaugurar la exposición, auspiciada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, que repasará la diversidad (desde el manga a la novela gráfica) del género en nuestro país y en la que se trata la aportación de más de 200 autores.
"En los últimos años, la presencia del cómic ha cambiado muchísimo. Es un buen momento, en el que el género se ha abierto al gran público. La última buena noticia es que también El Corte Inglés va a abrir un espacio dedicado al cómic. Gracias a la apertura de las librerías generalistas se dio un paso muy importante para su difusión fuera del medio", explica Paco Roca, autor de Arrugas, premio Nacional del Cómic en 2008, que se perderá el evento en la localidad francesa por el estreno de la película el viernes 27. Precisamente, reconoce Roca sobre la adaptación de Arrugas: "Es probable que decepcione a los lectores del libro, porque en el cómic todo se cuenta entre viñeta y viñeta, en ese espacio en blanco. El relato crece en la cabeza del lector, pero en el cine todo va mascado".
La exposición está dividida en cuatro partes, tal y como señala a este periódico Antonio Altarriba, autor junto a Kim de El arte de volar (Ediciones de Ponent), por el que recibieron el Premio Nacional de Catalunya y Premio Nacional en el año 2010, y con el que están nominados en los galardones de Angulema. "Me han dicho que como este año el presidente es Art Spiegelman, y El arte de volar tiene cierta conexión con Maus, puede ser sensible a él", asegura Altarriba, que será el encargado de leer la conferencia inaugural de la exposición, en la que trazará una panorámica de la historia del cómic español. "¡Y en una hora! Imposible", dice.
Junto a Altarriba, Kim y Roca, el resto de premios nacionales tendrán una de las partes de la exposición dedicada a la muestra de material original de sus trabajos. El recién premiado Santiago Valenzuela, Bartolomé Seguí (y el escritor Felipe Hernández Cava) y Max tendrán también su espacio.
De hecho, el dibujante mallorquín participó en la primera invitación de Angulema al cómic español, hace ahora 23 años. Como reconocía el propio Max a este periódico el día que se supo que el Festival había tomado la decisión de invitar, por segunda vez, a los autores españoles a la cuna del cómic europeo: "Se tituló La nueva historieta española, en 1989, y estuvo muy bien. Recuerdo que montaron una exposición muy grande. Ese año en Angulema se hablaba del cómic español y salieron oportunidades".

Cartel del Festival de BD de Angoulême 2012
Suyos se podrán ver cinco originales de Peter Pank, de El prolongado sueño del señor T y Bardín, el superrealista (todos en La Cúpula). A Max le conocen bien por las tierras galas, no ha dejado de ir ni un año, y el próximo lunes participará en el Centro Pompidou de París en una conferencia en la que también estarán los dibujantes Sonia Pulido (Duelo de caracoles, Sins Entido) y Juanjo Guarnido (Blacksad, Norma Editorial).
Además, la exposición cuenta con un repaso de la historia del cómic español (en la que se reproducen páginas de álbumes de los autores seleccionados); una tercera parte dedicada a lo que ha dado en llamar Álvaro Pons, comisario de la muestra, el "autor global", donde se descubre al creador español que trabaja fuera de España); y una última parte dedicada a los valores emergentes, que se acompañan de marcos digitales para ver sus trabajos y dispositivos para visualizar webcómics. "Están presentes todos los autores que han publicado libro en los dos últimos años", asegura Paco Cerrejón, coordinador. Las cuatro partes, como cuatro calles, dibujan el entramado de una pequeña ciudad, con una plaza principal, donde habrá firmas y encuentros con los autores. Además, habrá una "tebeoteca", con más de 400 títulos para consultar. Más de 200 autores en cien metros diáfanos.
El cambio de Gobierno y la desaparición del Ministerio de Cultura retrasó la preparación del montaje, que se abrió a última hora a una visión más amplia que los premios nacionales exclusivamente. "Era importante hacer una panorámica lo más amplia posible para mostrar de dónde venimos y el potencial que tenemos. Es una exposición barata pero decente, porque el recorte también nos ha afectado a los presupuestos. En el concurso del diseño contó el criterio técnico, pero definió el criterio económico", apunta Cerrejón. Además, cree que este acontecimiento ayudará a mejorar la percepción política y social en nuestro país.
Francia siempre ha sido un lugar de acogida para los autores españoles, pero en estos momentos su mercado es mucho más receptivo que años atrás. De hecho, esta presencia es un apoyo tanto para los autores españoles como para los editores franceses que han apostado por ellos. "Es bueno para los autores que todavía no han publicado en Francia", dice Roca. Todos los premios nacionales, a excepción de Santiago Valenzuela, ya han sido publicados en el país vecino.
Altarriba, que de El arte de volar la editorial Dargaud ya ha vendido 40.000 ejemplares, reconoce en ese sentido que servirá a autores y editores colocar sus obras fuera, "porque hoy con el mercado español es muy difícil que una obra resulte rentable, pero si publicas en Italia y Francia ya te sale a cuenta". Habla la voz de la experiencia, porque él fue el comisario de la armada española en Angulema en 1989.
"Entonces había muchas revistas y mucho esplendor gráfico, pero con pocas posibilidades editoriales. Hoy las nuevas generaciones, estructuras y formatos, todo ha cambiado. Vamos con un producto muy sólido, de un sector en auge en el exterior", dice Altarriba. Y deja un aviso a los navegantes de la revisión de los próximos presupuestos generales: "No sé si a los del PP les gustarán los tebeos, pero espero que sean lo suficientemente inteligentes como para mantener el Premio Nacional de Cómic".

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